AJEDREZ Y EDUCACIÓN
Por el profesor Daniel Herrera.
El ajedrez es un juego de estrategia donde su objetivo-resultado lo determina el logro de una posición, constituyendo la partida una sucesión ininterrumpida de posiciones-problemas a los que cada competidor realizando valoraciones, elaborando hipótesis, y desarrollando cálculos para tomar las decisiones más acertadas, deberá dar solución con su jugada. Este proceso coadyuva al desarrollo de las operaciones lógicas del pensamiento y forma en el escolar el habito de saber enfrentarse a los más diversos problemas en la vida.
Al poseer su propia tabla de valores el individuo está más preparado para la autodeterminación ante circunstancias nuevas. Logra de igual modo elevar su toma de conciencia ante situaciones problémicas, el pensamiento crítico, y ejercita la toma de decisiones como forma de alcanzar un juicio valedero porque cabe indicar que los conocimientos en este marco no siempre se trasmiten a los alumnos en forma previamente preparada, sino que se adquieren durante el mismo proceso de la actividad cognoscitiva independiente, en las condiciones de una situación problemática.
La educación del siglo XXI se orienta, hacia la promoción de ciudadanos más críticos, creativos, aptos para la solución de problemas, lo que les hace portadores de herramientas que les capacita mejor para la toma de decisiones. De ahí que Las tendencias educativas contemporáneas señalen el eje transversal, desarrollo del pensamiento, como la base esencial para el logro de los propósitos generales de la educación de este siglo.
Estoy convencido por las razones referidas que el ajedrez es una vía importante a utilizar desde las edades escolares para procurar el objetivo de formar habilidades de pensar de manera creadora pues los avances de la sociedad y de la ciencia y la técnica, han movido hacia la investigación, dejando rezagadas las soluciones ofrecidas en su momento por los esquemas de la didáctica tradicional, máxime en una época donde tanto la información como la inteligencia son también muy importantes, pero ninguna de las dos garantizan, ni mucho menos, la capacidad de pensar, la capacidad de mirar las cosas sin transitar por los mismos patrones.
Apuntes sobre el ajedrez en Cuba
La enseñanza del ajedrez en las escuelas se incorpora en la época actual como novedad educativa en proyectos que cada vez más son abrazados por instituciones de numerosos países y podemos afirmar que, es en este terreno, una poderosa expresión de modernidad.
El Programa de Masificación del Ajedrez en Cuba y la expresión esencial del mismo, llevar su enseñanza a las escuelas, hoy tiene el sustento fundamental en la Formación de Profesores de Ajedrez, acción que por su importancia y trascendencia investigamos dado la significación teórica y metodológica que ofrece unido a los aportes prácticos de la misma actividad pero que desde los esfuerzos iniciales (surgidos hace más de 40 años), ha sido un movimiento progresivo en su tránsito por diferentes etapas. Si bien surgieron a inicios del siglo XX algunas ideas que destacaban lo provechoso de la inclusión del ajedrez en el desempeño curricular de los alumnos, tales expresiones fueron esporádicas y resultaron intentos aislados y carentes de apoyo oficial. Es con el triunfo de la Revolución que encontramos la unión de tales raíces, situadas en la época donde el brillo de la trayectoria de Capablanca orientó a pedagogos sobre las posibilidades que ofrecía la inserción del ajedrez en las escuelas, con los esfuerzos nuevos de incorporación de las grandes masas a las oportunidades educativas que se ofrecieron para todos y dieron continuidad a la campaña de Alfabetización.
Aceptado es que “la práctica del ajedrez, no lleva solo implícito el logro de resultados deportivos, sino la creación de un hombre apto y capaz de modular una conducta. En el ajedrez quien piensa toma decisiones, busca variantes, se repliega o ataca, es el hombre pleno, la personalidad total, no su pensamiento o su imaginación creadora de manera aislada.”